La felicidad no tiene rostro

Pareciera que el tiempo no quiere esperar a que me acomode, y arregle todos mis asuntos. Que irrespetuoso de su parte! Sigue inmutable, como esa montaña, como ese valle. 
Leyendo reflexiones de otros, de muchos "otros" , me propuse dejar de perseguirlo y empezar a transitarlo como a una montaña o un valle. Que la vida me suceda, que me traspase, que me impregne de sus olores, sabores, pieles y miradas. Que se me llenen los ojos de lágrimas y se me inunde la cara con una sonrisa, decir sinsentidos por qué ya está todo dicho y perderme en esos ojos negros por qué son poesía.

Así fue que todo cambió para quedarse quieta así como estaba, como esa montaña, como ese valle

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